
Si quieres impresionar a un juez, NO hagas esto.
Siguiendo nuestra misión de ofrecer soluciones prácticas para el día a día del abogado, sabrás que en Inddubio lanzamos recientemente la App Juzgados de Inddubio, un herramienta sencilla pero útil para llevar un registro (de uso privado) de cada juez y juzgado que visitamos. Porque tener esta información almacenada, organizada y siempre a mano (en lugar de un documento que apenas sabemos donde está) puede marcar la diferencia la próxima vez que acudamos a dicho juzgado.
Pero desde el lado de los magistrados, también debemos contar con la información sobre sus preferencias, ¿y qué mejor que un testimonio real para saber todo aquello que incomoda, molesta o sienta mal a un juez en su trabajo diario frente al abogado?
Al tener una idea del comportamiento esperado de nosotros por parte del juez, nos resultará más fácil no caer en cualquiera de las muchas actitudes que, lejos de facilitarnos las cosas, contribuirán a que éste se forme una negativa imagen de nosotros…y a que tal vez nos ponga una cruz difícil de retirar.
Este es el caso de Justice Joseph W. Quinn, un magistrado original de Toronto (Canadá) de quien distintas organizaciones jurídicas (entre ellas la Asociación de Abogados de Canadá) ha publicado su listado con las actitudes que, basándose en su propia experiencia personal, jamás debería mostrar un abogado en el curso de un juicio frente a él, y al que ha titulado “Las 40 formas de actuar de los abogados que molestan a los jueces“.
Además, J.J. Quinn tiene experiencia previa en la práctica jurídica desde la perspectiva del abogado, por lo que su punto de vista doble tiene más valor todavía.
¿POR QUÉ PUEDE RESULTARTE ÚTIL ESTA INFORMACIÓN?
Muchas veces, bien sea por el elevado nivel de intensidad en el desarrollo de un juicio, bien sea por cualquier otra razón, olvidamos el papel que debe ejercer quien tenemos delante, en este caso, el magistrado asignado a uno de nuestros procedimientos. Conocer de primera mano lo que un juez espera de ti como profesional puede favorecerte de muchas maneras: desde la credibilidad de tus argumentos hasta tu propia profesionalidad, todo queda en tela de juicio en el momento en el que comienzas con tu exposición.
Las cuarenta formas o maneras en que los abogados se dirigen a él (o simplemente como se comportan) son una buena referencia de lo que NO hacer en sala. No quiere decir que ninguna de ellas sea necesariamente nuestro caso (Dios nos libre), pero no por ello está demás contar con la información en nuestra mano. Están además cargadas de cierta dosis de humor, y su explicación entra en suficiente detalle como para entender el porqué de cada punto de la lista y prepararse para no caer en esos fallos.
En este artículo no vamos a mencionar una a una las “40 formas de actuar que molestan a los jueces” según este juez (para eso te recomendamos la amena lectura del artículo original), ya que parte del valor del contenido es la forma en la que el magistrado desarrolla cada uno de los apartados. Eso si, el original completo está en inglés.
Lo que si que nos parece interesante es, pensando en aquellos que no encontréis el momento para leer el artículo original, rescatar algunos de los apartados allí descritos a modo de aperitivo.
Esta es una selección al azar (con su correspondiente numeración incluida) de algunos de los puntos más destacados en su listado. El resto, en el enlace al final del artículo.
“40 FORMAS DE ACTUAR QUE MOLESTAN A LOS JUECES” (selección)
1. MANERISMOS.
Por definición, un manerismo es un “trastorno de la psicomotricidad caracterizado por un exceso y una exageración de los movimientos que aparecen faltos de espontaneidad, teatrales y artificiosos”. Para W. Quinn, el caer en este tipo de reacciones (cliqueo incontrolado del boligrafo, expresiones forzadas o colocarse la camisa cuando está en su sitio) es un factor de distracción que no ayuda al buen desarrollo del proceso.
Otro tipo de actitudes recogidas en este epígrafe tienen también su lógica:
- No forzar expresiones de desaprobación ante las decisiones del juez contra nuestro cliente: no vamos a conseguir que cambie de parecer por ello.
- Evitar la consabida cara de póker, y al contrario, practicar una expresión de serenidad, control y manejo de la situación, venga dada en la forma en que venga.
3. NO CUESTIONAR SI SU SEÑORÍA SE HA LEÍDO EL MATERIAL.
Comenzar cuestionando o poniendo en duda si el juez se ha tomado la molestia en estudiar y analizar la documentación entregada es otro de los puntos de especial tensión para el juez J.J. Quinn. Parece que tiene lógica dar por hecho en primer lugar la profesionalidad de su Señoría; en caso de no haber sido así, pronto se hará evidente para todos.
6. CONTROLAR LA DISPOSICIÓN DE LA SALA.
Tener clara la geografía de la sala, controlando cada posición y su cometido.
- Distancia del juez.
- Distancia de los testigos.
- Expertos, juniors, paralegales, etc.
- Que lado corresponde a cada una de las partes.
- Etc.
10. MÁXIMO CUIDADO EN LA REDACCIÓN DE ESCRITOS.
Según lo explica J.J. Quinn se está refiriendo a un documento específico del sistema americano, las Court orders. Pero podemos aplicarlo a todo tipo de escritos, como es el caso de los suplicos.
Si tenemos que presentar un documento escrito, cuidémoslo al máximo. Desde la redacción de un e-mail hasta la redacción de un escrito de demanda, nuestra capacidad de redacción hablará de nosotros desde el primer renglón.
- Hacer que la terminología empleada sea consistente en todo el escrito.
- Estructurar la información en párrafos y subpárrafos, de forma que se entienda con claridad suficiente.
- Pasar el corrector y darle una edición final armoniosa.
Nada nuevo, ¿no? Pues resulta asombroso el poco cuidado que muchas veces ponemos en este tipo de trabajos donde una buena redacción es clave.
11. CUIDAR EL LENGUAJE.
Por muy emocional que pueda ponerse la cosa, siempre hay maneras de expresarse manteniendo las formas. En lugar de tildar una argumentación de la contraparte como “ridícula”, podemos hablar de “la falta de credibilidad” o “consistencia” de los argumentos esgrimidos por ésta.
13. CÓMO DIRIGIRSE A LAS DISTINTAS PARTES.
Respondiendo a cuestiones como por ejemplo:
- ¿Cómo debo dirigirme a mi contraparte?
- ¿Como responder a solicitudes puntuales de testigos?
- ¿Cómo….?
16. CUESTIÓN DE APARIENCIA: LA PRIMERA ES LA QUE CUENTA.
Pocos profesionales pueden presumir de ser tan excepcionales en su trabajo como para prescindir de todo código de vestimenta (quizás entre artistas y otras profesiones creativas, pero no entre profesionales de la abogacía).
Proyectar una imagen profesional lo es todo a la hora de hacer cualquier tipo de presentación, más aún cuando acaparamos toda la atención de una audiencia de forma tan directa. No hace falta salir del sastre de turno para cumplir con los estándares de lo que se considera una apariencia cuidada y aseada.
18. PUNTUALIDAD.
No hace falta argumentar con demasiado desarrollo la necesidad imperativa, en todos los ámbitos profesionales, de cumplir con los tiempos marcados. Y para que esto sea posible, ser escrupulosamente puntual es una obligación. En caso de fuerza mayor:
- Pedir disculpas y justificar brevemente la causa del retraso.
- Ser honesto vale más que tratar de colar una excusa rápida.
- No exagerar los lamentos por el retraso. Disculparse una vez es suficiente.
Por lo demás y dejando de lado los retrasos por fuerzas incontrolables e inimaginables, la puntualidad es una de las cualidades que mejor hablan de cualquier persona.
21. ORGANIZACIÓN.
Aquí podemos agrupar una serie de actitudes o formas de proceder que nos ayudarán a demostrar la gran profesionalidad de la que hacemos gala en el desarrollo de nuestro trabajo:
- Conocer al dedillo el asunto que estamos llevando.
- Ser capaces de localizar la información con facilidad cuando la requiramos.
- Llevar tu documentación organizada, con todo lo que necesites para localizarla fácilmente.
22. CUANTO MENOS, MEJOR. Y LA BREVEDAD POR ENCIMA DE TODO.
En este epígrafe hay una buena ristra de acertadas afirmaciones:
- Busca siempre la calidad por encima de la calidad en todo aquello que argumentes o defiendas.
- Si listamos diez argumentos para defender una idea, estás añadiendo siete a los tres con lo que habría podido bastar.
- Si no consigues convencer con los tres argumentos más fuertes, el resto no servirán de nada.
27. LAS FORMAS CUENTAN.
En este punto, el juez W. Quinn repasa algunas reglas básicas de buenas maneras:
- Integridad, cortesía y respeto en todo momento.
- Saber disculparse cuando la ocasión así lo requiera.
- Respetar a la contraparte.
- Se puede ser contundente sin extralimitarse.
38. SOBRE LA VIRTUD DE SABER EXPRESARSE VERBALMENTE.
La habilidad de presentar argumentos a un público que escucha activamente (y que tiene un interés real en procesar la información de la mejor manera posible) es algo que se trabaja y mejora con el tiempo. Con esto en mente, algunas de las cualidades sobre las que podemos comenzar a mejorar serían:
- Hablar de manera pausada, pero dándole el ritmo necesario para no dormir a la audiencia.
- No hablar más rápido de lo que el juez puede escribir, dado el caso de tomar sus notas.
- Hablar en frases cortas con un lenguaje claro y fácil de entender.
- Jugar con el tono y los silencios en nuestro favor.
CONCLUSIÓN (CON EJEMPLO ILUSTRATIVO)
Estos son solo algunos de los apartados que el juez canadiense W. Quinn desarrolla tratando de dejar claro, desde su propia experiencia, lo que todo abogado debe tener en cuenta para ganarse el respeto del juez.
Para concluir esta introducción al artículo completo que econtrarás después de estos párrafos, una traducción (ahora si, literal) del ejemplo ilustrativo con el que W.Quinn cierra sus recomendaciones:
“Visualiza el siguiente escenario: el abogado de la madre propone hacer una serie de concesiones al padre; la contraparte busca mejorar dichas concesiones y nada hace pensar que puedan conseguirlo.
Dicho esto, ¿y si el abogado de la madre: llega tarde y no siquiera se molesta en disculparse; aparenta haber dormido debajo de la M-30; abre el maletín y deja caer cientos de papeles sobre la mesa; se muestra claramente desorganizado, en ocasiones poco centrado y despistado; se salta olímpicamente los más básicos protocolos de conducta; entrega documentación escrita cargada de errores tipográficos; no para de jugar con las monedas en el bolsillo y al dirigirse a su señoría, lo hace hablando a mil por hora, gesticulando sin control y considerando los argumentos de la contraparte como “ridículos”?
Ahora supongamos que, en contraste, el abogado del padre: llega a tiempo, debidamente vestido y presentándose formalmente; la documentación por su parte es clara, está perfectamente escrita y marcada para facilitar las posturas de las dos partes; lleva un impecable control del protocolo en la sala y es educado y respetuoso con la contraparte; no se distrae, habla pausadamente y argumenta sus razonamientos siempre con claridad. Y además, ha sido visto esa misma mañana limpiándole el coche a su Señoría”.
En estas circunstancias y si la balanza debe decantarse hacia alguna de las dos partes, ¿cuál tendrá más posibilidades de llevarse el gato al agua?”
Enlace al artículo original: 40 formas de actuar que molestan a los jueces, por Mr. Justice Joseph W. Quinn.